
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de septiembre.- Dos semanas antes de dejar la presidencia del Conaculta, Consuelo Sáizar se comunicó con la Fundación Pedro Meyer para informarle que ya no tenía dinero para la construcción del Foto Museo Cuatro Caminos. “Literalmente nos dijo que no le salían las cuentas y que no le alcanzaba el dinero, fue tremendo, ahí paramos la obra y estuvimos mucho tiempo así”, dice María Guadalupe Lara, directora del espacio.
La funcionaria “nos hizo trabajar un año preparándole un proyecto ejecutivo, nos prometió ayuda y al final cuando estábamos por firmar el convenio nos dijo que no”, agrega. El museo, que se ubicará a 50 metros del paradero del Metro Cuatro Caminos en el edificio de una antigua fábrica de plástico, abriría originalmente en agosto del año pasado y ahora sus organizadores quieren abrirlo en marzo de 2014, pero dependen de que el gobierno federal ayude.
Ahorita estamos en pláticas con Rafael Tovar y de Teresa para ver si nos apoya, ya tuvimos una reunión hace como tres meses y dijo que vendría a conocer el espacio y que por supuesto contáramos con su apoyo, pero hasta la fecha no han venido y así están cada semana. En caso de no llegar los recursos, se tendría que volver a posponer la terminación de la obra”, lamenta Lara.
El panorama no es muy alentador, Conaculta suspendió también este año Fotoseptiembre, el encuentro más longevo del país dedicado a la imagen. Para el fotógrafo Pedro Meyer es una mala señal, “por razones que sólo ellos conocen, tienen parado el Centro de la Imagen y no sólo se ha cancelado Fotoseptiembre, se han cancelado varios festivales de fotografía, a nosotros nos iban a ayudar y nos cancelaron, la verdad es que le han retirado el 100 por ciento de apoyo a la fotografía”.
El terreno de casi cinco mil metros donde se construye el Foto Museo perteneció a la familia de Meyer, después de ser una fábrica se dividió para usarse como mueblería y estacionamiento. El proyecto realizado por el arquitecto Mauricio Rocha utiliza el cascarón de aquella construcción y sólo agrega una estructura de hierro al centro de la misma, que servirá como vestíbulo y acceso al resto de los espacios. En la obra, la Fundación ha invertido más de seis millones de pesos.
El museo contará con un auditorio, tres galerías, un jardín interior (que es diseñado por Jerónimo Hagerman), así como una tienda, una librería y un restaurante concesionados. Un elemento fundamental será el área dedicada al trabajo educativo, se trata de aulas en las que se ofrecerán talleres, conferencias, diplomados y todo tipo de intercambios académicos con otras instituciones públicas y privadas.
Le empezamos a llamar museo porque todo mundo preguntaba así por el espacio, realmente queremos cambiar la concepción de esa idea a una idea más del siglo XXI, no sólo de un lugar donde se ven exposiciones, sino que van a suceder muchas cosas, va a haber clases, talleres, seminarios, tenemos convenios con la UAM, el TEC de Monterrey para hacer una especie de taller permanente de la imagen”, explica Lara.
La directora afirma que “es prioritario recibir el apoyo federal”, pero ¿por qué habría de destinarse dinero público para un proyecto de este tipo? Lara señala que “no es la labor de la Fundación Pedro Meyer dar toda esa oferta, tiene que ser a través de fondos mixtos, este proyecto está dentro de lo que se planteó desde el principio sobre la inserción de la cultura a la agenda digital y la agenda educativa”. Además dice que se trata de un proyecto ciudadano surgido desde la Fundación, pero al que se integrarán diferentes esfuerzos.
Lara estima que la obra se encuentra al 80 por ciento de su avance y los fotógrafos Gerardo Montiel Klimt y Francisco Mata ya trabajan en la primera exposición, dedicada a la fotografía que se ha hecho desde 2000 a la fecha. La nave principal que aún conserva el techo dientes de sierra característico de las fábricas antiguas también ha comenzado a dar dividendos al proyecto: fue rentada para la grabación de un video de Julieta Venegas y ahí se llevará a cabo el 4 de octubre el festival MUTEK.
El Foto Museo se ubicará sobre el número 77 de la avenida Ingenieros Militares, Lara dice que será además una oportunidad para ampliar la escasa oferta cultural del norte de la ciudad y sobre todo del municipio mexiquense de Naucalpan, a donde pertenece ya el terreno. “Este es un lugar donde no hay nada de oferta cultural, porque esta parte norte de la ciudad es muy complicada, es una zona difícil en el sentido del tráfico, de la accesibilidad”, señala. A lo más en el territorio existe un pequeño museo de la cultura tlatilca y el Parque Naucalli.
Estamos tratando de buscar apoyo, porque la Fundación no puede sola, el gran acierto de Rocha es que no trata de marcar su diseño en el inmueble, sino que ha conservado la esencia del espacio, es decir, que llegas y ves que esto es una fábrica, que se conserva la nave industrial y los techos, los enduelados de cemento y la fachada del lugar”.


