
CIUDAD DE MÉXICO 8 de diciembre.- Esta mañana los venezolanos están convocados a la última cita electoral del año, mismo que estuvo marcado por la muerte del presidente Hugo Chávez, una intensa y breve carrera por la silla presidencial, la cuestionada victoria del oficialismo, una Ley Habilitante que permite a Nicolás Maduro gobernar por decreto y la puesta en marcha de severas medidas económicas para frenar el desabasto y la inflación.
En esta ocasión se encuentran en juego dos mil 792 cargos repartidos en 337 alcaldes, dos mil 455 concejales, dos alcaldes metropolitanos y 20 integrantes de cabildos. Y aunque la batalla ocurre en un contexto de política local, ello no resta relevancia a los comicios, puesto que han sido señalados como una especie de plebiscito para la administración del presidente Nicolás Maduro y los integrantes de la oposición.
Los analistas políticos han advertido que las elecciones podrían significar la legitimación para el bloque político que obtenga la victoria en la mayoría de los municipios. Para los opositores sería una demostración de que la mayoría de la población rechaza el gobierno de Maduro, al mismo tiempo que se constituiría como un argumento más para alegar que no hubo derrota para la oposición en las elecciones presidenciales de abril.
Por otra parte, para el oficialismo un resultado positivo podría reforzar su discurso acerca de la preferencia del pueblo en la continuidad del modelo chavista.
Los dos grupos antagónicos de la política venezolana han ocupado todos sus recursos políticos para asegurarse de que sea el bando contrario el que obtenga menos cargos y con ello definir en buena medida el rumbo político del país sudamericano.
Henrique Capriles, líder de la oposición, por ejemplo, ha llevado a cabo varios actos de protesta contra el gobierno de Maduro, como la marcha organizada el 23 de noviembre pasado a la que acudieron miles de venezolanos y en la que el también gobernador del estado de Miranda hizo diversos llamados a los electores para “poner fin por las vías constitucionales” y a través de las urnas al gobierno de Maduro.
En tanto, el heredero de Hugo Chávez, aseguró que los comicios se llevarán a cabo bajo un ambiente de paz y con el sistema electoral más transparente del mundo, aunque también vaticinó que “la derecha únicamente cosecharía derrotas porque ellos no hacen campaña electoral, sino la guerra contra el país”.
El protagonismo de ambos líderes provocó una ola de señalamientos sobre la campaña electoral en la que de acuerdo con el Observatorio Electoral Venezolano (OEV) dominó una discusión política de poca calidad y marcada por la polarización a nivel nacional.
La organización no gubernamental que vigila la actividad electoral en ese país, también advirtió sobre la intervención del Gobierno Central en favor de los candidatos oficialistas mediante la utilización de recursos públicos y otros medios.
“(La intervención) ha quedado expresada en las constantes cadenas de los medios de comunicación, la manipulación de iniciativas y programas de carácter social, la inauguración de obras con la presencia de candidatos oficialistas, el uso parcializado de la televisión estatal y la propaganda ilegal”, aseguró el OEV a través de un comunicado publicado las primeras semanas de campaña.
Pero todo lo anterior no ha causado tanta preocupación por parte de órganos de vigilancia electoral como la firma del decreto 541 por parte de Maduro el mes pasado, el cual establece que hoy se celebra el Día de la Lealtad a Hugo Chávez.
Pese a que diversos actores de la sociedad venezolana alzaron la voz en contra de tan “oportuno” decreto, fue la propia presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena Ramírez, quien afirmó que esa institución no podía hacer nada al respecto puesto que “el Día de la Lealtad a Hugo Chávez es una potestad del Ejecutivo y no puede un ente electoral adelantarse a los acontecimientos”.
“Estamos ante el riesgo cierto de que los actos y eventos conmemorativos devengan
en actos con un fuerte contenido de proselitismo electoral para los candidatos apoyados por el Ejecutivo Nacional. Se violentaría con ello los principios de la equidad e igualdad establecidos en nuestra legislación”, aseguró el OEV.
Rodeados de escasez acuden a las urnas
En medio de una crisis económica que se traduce en desabasto de productos básicos y la inflación más elevada América Latina, cerca de 19 millones 66 mil ciudadanos acudirán a alguno de los 13 mil 651 centros de votación.
De hecho, para muchas familias venezolanas su cena navideña se verá disminuida debido a la crisis de escasez y los precios elevados, sin mencionar el aumento del crimen en las calles.
Pero hasta el momento es imposible asegurar que las condiciones económicas tan adversas en las que se encuentran sumergidos la mayoría de los venezolanos se reflejen en los resultados electorales debido a que expertos señalan que la maquinaria estatal podría cooptar la mayoría de los votos, sobre todo en los barrios más pobres.
Sin embargo, la atención está puesta en ciudades como Maracaibo y el área metropolitana de Caracas en donde hay grandes concentraciones de población.
Con todo lo anterior lo único en lo que coinciden los venezolanos es en el deseo de que estos comicios transcurran en paz.
Proponen crear una Asamblea Constituyente
Dirigentes opositores venezolanos propusieron ayer convocar a una Asamblea Constituyente después de las elecciones municipales que se celebran hoy para redactar una nueva Carta Magna como una forma de solucionar la crisis política que atraviesa el país.
La propuesta fue presentada a través de un anuncio publicitario que circuló en diversos periódicos nacionales y asegura que la Constituyente es una de las “salidas democráticas para cambiar un régimen deslegitimado en su origen y desempeño”, en referencia al mandatario Nicolás Maduro y su gobierno.
Maduro ganó las elecciones presidenciales del 14 de abril por menos de 1.5 por ciento al opositor Henrique Capriles.







