Todos a bordo

CIUDAD DE MÉXICO, 5 de diciembre.- Los protagonistas de la puesta en escena Extraños en un tren, Luis Roberto Guzmán, sylvia Pasquel y Luis Ernesto Franco, viajan a través del suspenso y exploran la malicia de este maravilloso guión

Luis Roberto Guzmán

Carlos Bruno, un sicópata con complejo de Edipo

—Luis Roberto, comienzas telenovela con Lo que la vida me robó y por si fuera poco tambiénobra de teatro con el productor Sergio Gabriel en Extraños en un tren, regresas a México con todo,¿no?

—Sí, pero déjame decirte que yo feliz. Hay que aprovechar estos momentos creativos, saliendo de la telenovela para el teatro y ensayar; trabajando los siete días de la semana y así va a hacer durante un buen rato afortunadamente, así es que tengo muchas ganas para hacer mi trabajo. Es lo que me gusta y me da satisfacción. Y llegando a México gracias a Dios con mucho trabajo.

—Adentrándonos un poco a esta puesta en escena, un thriller sicológico, no es más que la breve charla que tienen dos extraños en un tren de la cual se desata toda una serie de enredos y circunstancias, ¿cierto?

—Definitivamente, esta historia la leí en su formato original, es decir en novela de Patricia Highsmith y me tocó interpretar el personaje de Carlos Bruno, que es básicamente un sicópata con un gran sentido del humor, que maneja el complejo de Edipo, en este caso es un amor profundo a su madre, no puede haber desconexión con ella, sigue apegado a ese vientre materno. Por otro lado, es un odio espantoso a la figura paterna.

—¿Complejo adentrarte a este asesino?

—Un poco, aunque sí lo fui haciendo poco a poco y no de jalón. Eso es lo padre del teatro, conforme van pasando las lecturas de los libretos, te vas involucrando en la sicología y ahora que ya estamos dando funciones, pues se me facilita más. Te vas dando cuenta de tus aciertos y desaciertos. Todo está escrito, simplemente le dimos forma, lo visualizamos, lo diseñamos y unimos ese arco dramático en la historia de ese personaje. Es una constante búsqueda, pues casi siempre este tipo de papeles tan fuertes los vas haciendo conforme pasa el tiempo.

—¿Qué tan desgastante es encarnarte en un sicópata?

—Mucho (risas). Estoy a punto de pedir un tanque de oxígeno entre función y función porque hacemos dos los fines de semana, tenemos que tomarnos un buen shot para continuar, pero fuera de eso, sí tengo que tener bien establecido mis personajes, pues yo no sólo estoy haciendo teatro, como lo mencionas, estoy en telenovela y tengo que trabajar mucho en eso para que no se me cuatrapeen los papeles. La carga emocional sí es complicada por el tema de la energía.

—¿Qué caracteriza a Carlos Bruno?

—Es el alma de la fiesta y créeme que me divierto mucho haciéndolo, es un alcohólico de primera.

—¿Qué tanto te gusta interpretar este tipo de personajes?

—Mucho, no le podemos decir que es malo porque, al final, él tiene varias patologías, bipolaridad, complejo de Edipo, alcoholismo, simplemente está desubicado. Creo que los sicópatas son carne para nosotros los actores, siempre se disfrutan.

—¿Cierras el año de manera perfecta?

—En realidad sí. Este año fue de espera y cuando menos lo esperé, estos proyectos me los pusieron en el camino y por nada en el mundo los iba a dejar ir, son juguetitos maravillosos.

—Oye, ¿y qué hay de la lesión que tenías en tu rodilla?

—Ya estoy mucho mejor, de hecho me siento mejor que antes. En la obra hago unos movimientos que me han servido como terapia. Subo, bajo las escaleras como si nada.

Sylvia Pasquel

Elsa, una madre obsesiva por su hijo

—Señora, comenzando una nueva obra de teatro, ¿feliz?

—Yo sí y más porque esta obra se centra en los años 50 y no sabes cómo me gusta esta época, porque las mujeres eran muy femeninas, la ropa es padrísima, los peinados, etcétera. Es un honor poder hacer un thriller como este, es un nicho hacer teatro de terror porque está muy desaprovechado en México y lo peor aún, es que tiene muchos seguidores, así es que poder formar parte de esta obra me llena de orgullo.

—¿Qué hay de la trama?

—Es una obra muy fuerte y muy demandante. Aunque mi personaje es una actuación especial, sí la sufro (risas). No estoy mucho tiempo en el escenario, sí admiro al resto de mis compañeros que están todo el tiempo y toda la función. Las escenas son muy fuertes, y se requiere de mucha energía.

—Su rol en la obra, la madre de Carlos Bruno...

—Así es. Es una mujer que tiene una relación con su hijo un poco enfermiza, porque hay demasiado amor entre ellos, mucha convivencia y eso se origina por la cercanía que tiene. Carlos es un muchacho muy obsesivo, enfermizo mentalmente, alcohólico. Conoce a Paul Haines en un viaje justo a bordo del tren y ahí empieza todo el drama porque comienza toda la persecución que Carlos Bruno le propina a este personaje hasta que lo obliga a cometer un crimen.

—Por muy desgastante que sea la obra, es un disfrute para los actores hacer este tipo de historias, ¿no cree?

—Cómo no, y más cuando te retan como actriz. Yo acepté la invitación de Sergio Gabriel, porque esta obra fue extraída del libro original que lleva el mismo nombre, pero también de la película realizada por Alfred Hitchcock, así es que todavía tiene más importancia.

—Con Extraños en un tren y la telenovela Qué pobres tan ricos, ¿se olvidará por un rato de Animal....Es?

—Sí y créeme que eso me pone muy triste. En la telenovela no me dieron permiso para hacer tantas cosas a la vez, por eso es que alterno este personaje con una grande, Anabel Ferreira, así es que no tengo tiempo para nada.

—Prácticamente 2013 ya se fue, ¿el balance de este año?

—Pues ha sido un año muy diferente al anterior, bueno, el año pasado para mí fue muy importante, en cuanto a enriquecerme moral y espiritualmente se refiere por todo lo que hicimos con Animal...Es y por toda la conciencia que creamos en la gente.

Luis Ernesto Franco

Paul Haines, un hombre orillado a matar

—Luis Ernesto, ¿largo el proceso de montaje de esta obra?

—Fue un proceso de ensayos largo, pero sí muy interrumpidos, pues Luis Ro tuvo que irse a grabar fuera de México, yo estaba haciendo una película en Morelos, así es que fue complicado, como que este proceso ya lleva muchos meses, tres más o menos, pero pausados; creo que por eso mismo se nos ha hecho muy largo. Ya que hemos estado de planta en el teatro, con vestuario, escenografía, y demás, sí fue como de 10 días.

—A diferencia de Carlos Bruno, tu personaje Paul Haines, no es asesino como se cree, ¿cierto?

—Exactamente, no es un asesino, no es un sicópata, ni asesino en potencia como Carlos, intercambian asesinatos por un plan que Carlos realiza. Yo siempre lo tomé de a loco, siempre creí que estaba bromeando porque estaba borracho, pero después se empieza a meter en mi vida, es una sicosis horrible que sufro y termino convirtiéndome en asesino a pesar de mí, de mis valores, de todo lo que implica ser un buen esposo, etcétera. Eso es lo interesante porque hay un cambio de personalidad y de vida muy fuerte. Tratar de ocultar todo el tiempo un secreto, situación que lo hace perder la cordura.

—La obra es muy fuerte y sé que has bajado de peso por eso...

—Sí, la obra es muy intensa, he bajado como seis kilos. Físicamente y emocionalmente es muy desgastante, son dos horas que no sales de escena y estás con todo. Como actor se agradece, son de esas obras que empiezas en un nivel y termina diferente; tienen un arco dramático todos los personajes.

—Al principio de la entrevista, mencionabas que antes de estar de lleno con la obra, estabas haciendo una película, ¿ya se puede saber de qué es?

—Sí, claro, es una película que hicimos con nuestra productora, Los Güeros Films, y yo creo que se estrena por mayo del siguiente año. Es un elenco bien padre, conformado por Tiaré Scanda, Marimar Vega, Paola Núñez, Rodrigo Murray, Susana Alexander, Luis Arrieta, Toño Gaona y yo. Es una comedia donde todo sucede en un fin de semana en una casa de campo y por azares del alcohol y de las circunstancias que viven ahí, acaban haciendo un desastre, que el papá se metió con la esposa, que el papá retirado no sé qué hace, etcétera. Es una comedia, pero con un toque de humor negro, con sarcasmo. Pues así son las familias y más cuando hay alcohol de por medio.

—Después de Secretos de familia, ¿harás más series?

—Pues no sé, yo no estoy de exclusivo en Azteca. Yo renuncié a mi exclusividad, no estoy peleado ni nada, sé que las puertas están abiertas, pero sé también que quiero trabajar donde sea, las propuestas de otras televisoras también podría tomarlas. Con Azteca sólo tuve seis años de exclusividad.

hch