
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de diciembre.- Finalmente, la víspera de Navidad, el Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México presentó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el “Proyecto de investigación científica para la conservación y restauración de la escultura ecuestre de Carlos IV y su pedestal”, con el que buscará resarcir los daños “irreversibles” que se ocasionaron a El Caballito.
Tres meses después de que la empresa de Arturo Javier Marina Othón, contratada por las autoridades del DF, dañó de manera irreversible más de 50% la superficie de la escultura de Manuel Tolsá, Inti Muñoz, titular del Fideicomiso, entregó el documento que deberá ser aprobado por el INAH para llevar a cabo los trabajos de restauración.
A través de medios electrónicos se dio a conocer que el proyecto fue realizado por un grupo multidisciplinario de especialistas de la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares y el propio INAH.
La escultura ecuestre resultó dañada, de acuerdo con un dictamen elaborado por el INAH, luego de que la empresa Marina utilizó una solución de agua y ácido nítrico al 30 por ciento para limpiar la superficie de la obra, lo que ocasionó el deterioro de su pátina histórica.
Con autorización de las instancias del DF, la empresa inició los trabajos el 10 de septiembre e intentó obtener la autorización del INAH de manera extemporánea, cuando la obra ya había sido dañada. De acuerdo con el dictamen de la dependencia federal, el daño que sufrió la escultura fue valuado en un millón 415 mil 723 pesos.
A decir de Alejandra Moreno Toscano, autoridad del Centro Histórico, el proyecto de restauración de la pieza plantea “analizar la escultura en el sentido de que los metales estén con suficiente energía para que la escultura se mantenga sólida y después se cubrirá con una pátina (…) A pesar de las vicisitudes y los trotes que ha tenido El Caballito va a quedar en condiciones óptimas y la población estará segura de que nos durará otros 200 años”.

